
Como recién llegado al universo factoriano, analizaré brevemente uno de los aspectos de la edición que más ha llamado mi atención: los autores que tienen pleca.
Lo primero que piensas es: "¡Vaya, tiene pleca! ¡Alguien de reconocido prestigio e internacional fama literario-periodística!". Y lo primero que haces es mirar su nombre, entonces piensas: "¿Quién coño es éste? Bueno, soy un ignorante, así que no tengo por qué conocerle". Inmediatamente, lees su texto. No te convence demasiado, pero piensas, "tiene pleca, así que mejorará con el paso de las líneas". Pero la cosa no mejora. Cuando ya has editado tres páginas se te ha olvidado el nombre del tipo o tipa y si tiene o no pleca. Lo único que piensas en ese momento es en terminar con esa agonía, editar el texto y olvidarte, antes de quedarte dormido sobre el teclado. Quito una plabra de aquí, pongo otra por allá, por aquí ajusto con un -3, por allá con un +2... ¡Por fin! Editado. A otra cosa mariposa...
Pero alguien lo lee y te recuerda: "Este tío tiene pleca". ¡Mierda! Hay que ganar espacio, pero supones que éste será escaso, "una pleca no puede tener más de una o dos líneas"... Pero, ¡sorpresa!, tiene cuatro líneas... "Joder, esto es un currículum en miniatura". La sorpresa vuelve a asaltarte cuando ves: "Especialista en temas paranormales y autor de 'Yo vi a Matusalén'". Joder, pero si el tema versaba sobre el nuevo ministro de Agricultura..., qué tiene que ver eso con lo sobrenatural... y qué coño pinta un especialista en temas sobrenaturales hablando de política agraria. Entonces vuelves a leer el texto, en el que tú ya habías notado ciertas carencias, lagunas, datos que faltaban... Empiezas a comprender por qué el susodicho autor había analizado las relaciones del nuevo ministro con el Opus Dei, "claro, es que el menda lerenda es especialista en temas sobrenaturales". Pero sigues leyendo y todo te parece absurdo y concluyes, "este mamonazo me ha vendido la moto para justificar su pleca".
Y entonces te das cuenta de que las plecas son una farsa, de que los aires de grandeza de algunos les llevan a exigir unas líneas con las que deben sentirse importantes y de que no eres un ignorante, al susodicho no le conocías simple y llanamente porque no le conoce ni Dios y precisamente por eso tiene pleca, para que alguien se compre el puñetero libro que escribió en su día y que, dicho sea de paso, nada tenía que ver con el tema del que ha hablado. Conclusión: la pleca no es algo positivo sino todo lo contario, ya que quien la utiliza habla de temas de los que no tiene ni idea con el único fin de endiñarte la plequita, por lo que si alguien termina reparando alguna vez en ese autor será para concluir: "¡Vaya paquete, no tiene ni idea de lo que habla y encima me viene con historias paranormales!".
Para terminar, nada mejor que recurrir a nuestra particular Biblia, la RAE:
'Pleca: Filete pequeño y de una sola raya'... El filete será pequeño, pero lo que hay debajo suele ser muy pero que muy largo... y de una sola raya nada de nada, los 'plecados' deben ser, si nos atenemos a las chorradas que escriben, gentes que deben de meterse entre pecho y espalda más de una raya, y más de dos.
En la imagen, una editora tras leer una pleca de cuatro líneas (o más).
1 comentario:
Antes de nada, Rubén, gracias por poder escribir -muy a mi- pesar de no tener cuenta en Gmail (algún día la tendré). Nada de anónimo, como pretende la firma por defecto.
Por otro lado, buen comienzo las plecas, aunque la pobre (?) Auro ya se ha olvidado de ellas... El llegar a 'merecer' estas pequeñas líneas son parte del profesional que aspire a ser periodista (reconocido). Y claro, por colecciones como las de Factoría (¡cómo nos las cuelan!) se empieza. -O te lo crees tú o nadie se lo va a creer así que... (mejor que no se lo crea nadie).
cRf
Qué bien que lo aclares con la RAE (nunca se me hubiera ocurrido buscar su definición)
Y en cuanto al blog...¡Qué empiece el espectáculo!
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